sábado, 17 de octubre de 2009

Un Dia Normal



Mamá y Papá estaban mirando la televisión cuando mamá dijo: “-Estoy cansada, es tarde, me voy a la cama”.
Fue a la cocina a preparar el pan de las tostadas de la mañana siguiente.
Puso en remojo los recipientes de las palomitas de maíz consumidas frente al televisor, sacó la carne del freezer para la cena del día siguiente, controló si había suficiente cereal, llenó la azucarera, puso las tazas, cucharitas y platos del desayuno en la mesa y dejó todo preparado y listo para servirse.
Puso la ropa húmeda en el secarropa, la ropa sucia en el lavarropas, planchó una camisa y cosió un botón. Recogió los juguetes, puso a cargar los teléfonos celulares de ella y papá y guardó la guía telefónica.
Regó las plantas, ató la bolsa de basura y tendió una toalla.
Bostezó, se desperezó y se fue al dormitorio.
Se paró un momento para escribir una nota a la maestra, contó y guardó el dinero para el regalo de cumpleaños del compañerito de colegio y levantó un libro que estaba debajo de la silla.
Firmó una tarjeta de felicitación para un amigo y colocó la dirección en el sobre, escribió una nota para la niñera y colocó todo junto a su bolso.
A continuación, mamá se lavó la cara con sus toallitas, se puso crema anti-arrugas y se lavó los dientes.
Papá gritó: “-Pensé que te habías ido a la cama”.
“-Ya me acuesto”, dijo ella.
Puso un poco de agua en el bebedero del perro y sacó al gato al balcón, cerró la puerta con llave y apagó la luz de la entrada.
Dio una mirada a los niños, les apagó las luces y el televisor y se detuvo a orar unos minutos por ellos. Recogió una camiseta, tiró las medias a la canasta de ropa y habló con el mayor que estaba todavía estudiando.
En su habitación, puso el despertador, preparó la ropa para el día siguiente, ordenó mínimamente los zapatos. Añadió dos cosas a las cuatro de la lista de cosas urgentes y visualizó alcanzar sus propios objetivos.
En ese momento, papá apagó la televisión y anunció: “-Me voy a la cama”.
Y lo hizo, sin otros pensamientos…
Nada extraordinario... ¿VERDAD?
Demos gracias a Dios por tener a esas grandiosas mujeres: madre, abuela, esposa, hijas, hermanas, buenas amigas…
Y si no las tenemos, demos gracias a Dios que ya están con El.
A todas ellas, ¡FELIZ DIA!

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