jueves, 23 de julio de 2009

Por donde empezar


Una bella tarde de primavera, un joven paseaba por una ciudad desconocida cuando, de pronto, se encontró con un comercio en cuya marquesina se leía una extraña inscripción: "La Felicidad".
Tanto le llamó la atención que decidió entrar. Al hacerlo, descubrió que el negocio era atendido por ángeles. Sorprendido, se acercó a uno de ellos y le preguntó:
-¿Qué venden ustedes aquí?
- Aquí vendemos absolutamente de todo - respondió el ángel.
- ¡Ah! - dijo asombrado el joven.
- Entonces, por favor vendanme el fin de todas las guerras del mundo, muchas toneladas de amor para los hombres, un gran botellón de comprensión para las familias, más tiempo para que los padres jueguen con sus hijos...
Y así prosiguió hasta que el ángel, muy respetuoso, lo interrumpió y dijo:
- Perdona, pero creo que no me expliqué bien. Aquí no vendemos frutos, sino semillas...

2 comentarios:

  1. Yo también quiero comprar de eso mismo, sobre todo semillas para sembrar en mi jardín, de esa forma mis flores, seran especiales, su aroma envolvera a todos y por fin se terminara todo el dolor del mundo, volvera a renhacer la alegría, la dulzura y sobre todo el bien hacer. Bonita reflexión, ojala se pudiese realizar. Saludos Higorca

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  2. Excelente historia, como todas las que publica, felicitaciones!!. Victor

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