lunes, 14 de diciembre de 2009

Mi amigo "el Sapito"


Luis, "el Sapito" es de esas personas a las que la naturaleza no los ha favorecido demasiado con su belleza. Casi se podría decir que lo ha castigado al respecto.
Heredó su apodo por rama paterna, es decir (como imaginarán), a su padre ya lo apodaban "el Sapo".
Pero como la naturaleza es sabia, todo lo que le faltaba de lindo lo tenia (y tiene) de positivo, gracioso y buen tipo. Ya desde que éramos chicos, siempre tenia alguna respuesta graciosa para cada situación. Todos nos divertíamos muchísimo cuando compartíamos tiempos con él.
En resumen, era el tipo de persona que te gustaría ser. Estaba siempre de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir.
Cuando alguien le preguntaba como le iba, él respondía: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".
Durante su vida, ha tenido varios comercios y la mayoría de sus colaboradores lo siguieron en todos ellos.
La razón de que lo siguieran fue por su actitud: Era un motivador natural.
Si un empleado tenía un mal dia, el Sapito estaba ahí para decirle como ver el lado positivo de la situación.

Con el correr del tiempo, ver este estilo de vida realmente me causó curiosidad, así que un día decidí ir a buscar al Sapito y le pregunté:
- "No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo. Como lo haces?"
El Sapito respondió:
- "Cada mañana me levanto y me digo a mi mismo: Luis, tenés dos opciones hoy: Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor; escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello".
- "Cada vez que alguien viene a mi para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo señalarle el lado positivo de la vida.
- "Si, claro, pero no es tan fácil", protesté.
- "Si lo es, dijo Luis. En la vida, todo tiene que ver con elecciones. Cuando se quita todo lo demás, cada situación es una elección. Uno elige como reaccionar ante cada situación, elige como permitirá que la gente afecte su estado de ánimo, uno elige estar de buen humor o de mal humor. En resumen, UNO ELIGE COMO VIVIR LA VIDA.

Reflexioné en lo que el Sapito me dijo...

No mucho tiempo después, mis propias obligaciones me llevaron lejos del hogar de mi infancia, por lo que perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en el Sapito, especialmente cuando tenía que hacer una elección de vida, en vez de reaccionar contra ella.
Hace un par de años, me enteré que el Sapito hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio, olvidó la puerta de atrás del negocio abierta y una tarde fue asaltado por dos ladrones armados.
Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano, temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon.
Afortunadamente, el Sapito fue encontrado relativamente pronto y llevado de urgencia a una clínica. Después de varias horas de cirujía y otras tantas semanas de terapia intensiva, Luis fue dado de alta aun teniendo fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con el Sapito algunos meses despues del accidente, y cuando le pregunté como estaba, me respondió:
- "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".
Mi curiosidad me llevó a preguntarle qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
- "Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenia dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir".
- "¿No sentiste miedo?" Le pregunté.
El Sapito continuó:
- "Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y las enfermeras, realmente me asusté. Podia leer en sus ojos: "Es hombre muerto". Supe entonces que debia tomar una decision."
- ¿Que hiciste?, pregunté.
El Sapito me dijo:
- "Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo, y respirando profundo grité: Si, a las balas".
- "Mientras reian, les dije: Estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto".
Mi amigo vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada dia tenemos la eleccion de vivir plenamente.
La actitud, al final, lo es todo.

2 comentarios:

  1. Como me gustaria ser como es hombre!. Es verdad, uno a veces ve solo el lado malo de las cosas Gracias amigo por estos cuentos, al menos a mi me movilizan mucho y me dan ganas de agradecerle a Dios, el simple hecho de estar vivo. Saludos. Victor.

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  2. Lleva razón el Sapito, hay veces que los médicos operan pensando que el paciente ya esta en el otro "barrio" que tontería hay que salvar todo, e cuerpo y el alma, si se tiene la moral alta es mucho más fácil de salvarse, muy bonito Marcelo.

    Feliz Navidad

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